Las actitudes y la satisfacción en el trabajo
Los gerentes deben interesarse en las
actitudes de sus empleados debido a que éstas alertan sobre problemas
potenciales e influyen en el comportamiento. Por ejemplo, los empleados
satisfechos y comprometidos tienen tasas más bajas de rotación, ausentismo y
comportamientos negativos. También se desempeñan mejor en su trabajo. Dado que
los gerentes quieren mantener un número pequeño de renuncias y ausencias -en
especial de los empleados más productivos- querrán hacer cosas que generen
actitudes de trabajo positivas. Como se afirma en un estudio: "Uno de los
elementos más útiles de información que una empresa pueda tener acerca de sus
empleados es una medición excelente de la actitud general hacia el
trabajo".
Lo más importante que los gerentes pueden hacer para elevar la satisfacción de los empleados es centrarse en las partes intrínsecas del trabajo, como hacer de éste algo que desafíe la creatividad y sea interesante. Aunque los empleos de bajos salarios no atraerán empleados de alta calidad a la organización, ni conservarán a los de alto desempeño, los gerentes deben darse cuenta de que el pago elevado por sí solo no crea un ambiente de trabajo satisfactorio. La creación de una fuerza de trabajo satisfecha difícilmente es una garantía de un desempeño organizacional exitoso, pero las evidencias sugieren con fuerza que todo lo que hagan los gerentes para mejorar las actitudes de los empleados probablemente dará como resultado el incremento de la eficacia de la organización.
Lo más importante que los gerentes pueden hacer para elevar la satisfacción de los empleados es centrarse en las partes intrínsecas del trabajo, como hacer de éste algo que desafíe la creatividad y sea interesante. Aunque los empleos de bajos salarios no atraerán empleados de alta calidad a la organización, ni conservarán a los de alto desempeño, los gerentes deben darse cuenta de que el pago elevado por sí solo no crea un ambiente de trabajo satisfactorio. La creación de una fuerza de trabajo satisfecha difícilmente es una garantía de un desempeño organizacional exitoso, pero las evidencias sugieren con fuerza que todo lo que hagan los gerentes para mejorar las actitudes de los empleados probablemente dará como resultado el incremento de la eficacia de la organización.