Clima Organizacional plenamente gratificante
Fuente:
http://www.taichienuruguay.com/tag/bienestar/page/2/
Entendemos por clima
organizacional
plenamente gratificante,
al ambiente
de trabajo resultante de la expresión o manifestación de diversos factores de carácter interpersonal,
físico y organizacional, que propicia, de manera constante y, en especial, los siguientes aspectos:
1. La satisfacción de las personas.
2. Su excelente creatividad y productividad.
3. Su formación integral.
4. La calidad y el buen servicio a nivel individual y grupal.
5. Las buenas relaciones interpersonales, y
6. La integración de todos, personas y áreas, en aras de alcanzar una misión y unos objetivos organizacionales, que les son comunes.
Si consideramos algunos de los más importantes desafíos que tiene la organización de hoy, quizás podemos entender, con mayor claridad, el porqué de la necesidad de lograr y mantener un clima organizacional de esta naturaleza. En efecto, el desarrollo del hombre, hoy como nunca, ha entrado a formar parte vital de la misión de la organización y un clima como éste es propicio para lograrlo (recordemos que una organización se desarrolla si el hombre se desarrolla y se estanca cuando éste lo hace): el mundo de hoy, internacionalizado cada día más y con organizaciones en disputa abierta por los diversos mercados, impone a éstas la necesidad de ser más competitivas y esto se consigue, en especial, mediante la creatividad, la productividad, la calidad y el buen servicio que este tipo de clima puede motivar y fomentar en las personas; la necesidad de mantenerse siempre fuerte, vital, llena de cualidades y posibilidades (holismo enriquecido), ante tantos cambios sociales, incertidumbres e influencias externas, sólo puede alcanzarse a través de una excelente interacción e integración internas, en función del todo, como tal clima propone, etc.
El contar con un clima organizacional plenamente gratificante, claro está que no lo es todo para alcanzar la misión y los objetivos de la organización. Digamos que es necesario, pero no suficiente. Por ejemplo, tal clima puede facilitar el desarrollo de la competitividad, como acabamos de verlo, pero él sólo, parece, no basta para ello pues otras dimensiones deben contribuir a la misma, como la tecnológica, la investigativa, la comercial, etc. En otras palabras, la dimensión humana de la organización, es decir, la que atañe al hombre y a su desempeño en el trabajo, que es la directamente relacionada con el clima organizacional, es, a nuestro entender, la más importante; pero no la única, puesto que la organización tiene también otras dimensiones que mejorar constantemente, en forma coherente con ésta, para lograr, como un todo, su misión y sus objetivos.
1. La satisfacción de las personas.
2. Su excelente creatividad y productividad.
3. Su formación integral.
4. La calidad y el buen servicio a nivel individual y grupal.
5. Las buenas relaciones interpersonales, y
6. La integración de todos, personas y áreas, en aras de alcanzar una misión y unos objetivos organizacionales, que les son comunes.
Si consideramos algunos de los más importantes desafíos que tiene la organización de hoy, quizás podemos entender, con mayor claridad, el porqué de la necesidad de lograr y mantener un clima organizacional de esta naturaleza. En efecto, el desarrollo del hombre, hoy como nunca, ha entrado a formar parte vital de la misión de la organización y un clima como éste es propicio para lograrlo (recordemos que una organización se desarrolla si el hombre se desarrolla y se estanca cuando éste lo hace): el mundo de hoy, internacionalizado cada día más y con organizaciones en disputa abierta por los diversos mercados, impone a éstas la necesidad de ser más competitivas y esto se consigue, en especial, mediante la creatividad, la productividad, la calidad y el buen servicio que este tipo de clima puede motivar y fomentar en las personas; la necesidad de mantenerse siempre fuerte, vital, llena de cualidades y posibilidades (holismo enriquecido), ante tantos cambios sociales, incertidumbres e influencias externas, sólo puede alcanzarse a través de una excelente interacción e integración internas, en función del todo, como tal clima propone, etc.
El contar con un clima organizacional plenamente gratificante, claro está que no lo es todo para alcanzar la misión y los objetivos de la organización. Digamos que es necesario, pero no suficiente. Por ejemplo, tal clima puede facilitar el desarrollo de la competitividad, como acabamos de verlo, pero él sólo, parece, no basta para ello pues otras dimensiones deben contribuir a la misma, como la tecnológica, la investigativa, la comercial, etc. En otras palabras, la dimensión humana de la organización, es decir, la que atañe al hombre y a su desempeño en el trabajo, que es la directamente relacionada con el clima organizacional, es, a nuestro entender, la más importante; pero no la única, puesto que la organización tiene también otras dimensiones que mejorar constantemente, en forma coherente con ésta, para lograr, como un todo, su misión y sus objetivos.